jueves, 18 de agosto de 2016

Stranger Things

El fenómeno de la temporada. Todos, o casi todos habréis oído hablar de Stranger Things: "Eh, tienes que verla, es volver a los 80 de golpe", " es una mezcla genial entre lo sobrenatural, el terror y lo retro". Así que como comprenderéis no me quedaba otra que verla.

Porque reconozcámoslo, todos los que hemos vivido la adolescencia o niñez en los 80 tenemos mono de revivir esas sensaciones, música, lugares, de la magia que nos producía el cine de aquella época con Spielberg, Stephen King, toda una época de descubrimientos. Las aventuras, la amistad, los sueños...

Es una primera temporada cortita, de 8 capítulos, que los más adictos a ver series se pueden ver en un fin de semanita de maratón. Yo la verdad es que la intenté ver sin saber nada del argumento y sin influenciarme por la ola histérica de buenas opiniones.

La serie está ambientada a comienzos de los años 80 en un pequeño pueblo de Estados Unidos, en el que se encuentra ubicada una central eléctrica que ya te la sitúan como un foco de cosas rarunas. No os quiero desvelar con qué escena nos presentan a los personajes porque os quitaría uno de los momentos que más disfruté, sólo os diré que es el sótano y ya conocemos a los que serán los protagonistas, cuatro niños de ese pueblo.Uno de ellos, Will, desaparece misteriosamente, y es el punto de partida sobre el que girarán los 8 capítulos, su búsqueda. Pero una búsqueda mezclada con muchos ingredientes: instituto, relaciones adolescentes, niños deseando vivir aventuras y poniendo su amistad por encima de todo, terror, conspiraciones, dramas adultos... tiene un poquito de todo, y hay escenas que os digo ya que son míticas.

Imagináos todo este aliño con una cuidada y escogida banda sonora ochentera, que te teletransporta a aquella época: David Bowie, Joy Division, Peter Gabriel ( la versión que meten del Heroes de Bowie cantada por él es alucinante, los pelos de punta ) y muchos más,  alternada con una música de sintetizador con la que entre otras se hace la intro de la serie, de esas que dice ¡Ya empieza, ya empieza!



Para mí hay episodios más buenos que otros, por supuesto, pero en general me ha parecido todo un acierto: he reído, llorado, tenido miedito, y me he emocionado muchas veces y he recordado muchas cosas, me sentí niña y adolescente otra vez. Además, han recuperado a Wynona Ryder que interpreta a la madre del desaparecido Will, y al enharinado Mathew Modine (lo digo por su pelo canoso), que digamos que habla más bien poco. Y algo que me ha gustado mucho también; y es que todos los actores son gente como tú y yo, nada de guapitos y guapitas tremendos con los que no te identificas; gente normal, con sus defectos, con sus vidas imperfectas.

Por ponerle algún pero diría que en el doblaje no se han lucido mucho, alguna voz de los niños pone nerviosa, y Wynona a veces parece un poco sobreactuada, pero señores... son minucias. Es una serie para disfrutar y si la véis de noche mucho mejor, crea más ambiente, apagad las luces... y ¡¡os espero para ver la segunda temporada!!