Y vuelta a esas series noventeras que marcaron mi tierna juventud, aunque he de reconocer que esta me pilló ya mayorcita, con 20-21 años, pero lo suficientemente joven como para poder identificarme con unos pipiolos de un pueblo perdido de Estados Unidos, jé.
La serie está ambientada en un pueblo que no existe, llamado Capeside, y centrada en el devenir vital de un grupo de adolescentes.Como en toda buena serie, hay una serie de personajes variados: Dawson, el protagonista , gran soñador y decidido a ser director de cine, su gran pasión y Joey la chica de al lado, que sueña con ser escritora y es su amor desde pequeño, pero amor que nunca se ha atrevido a expresar. Peacy, el amigo rebelde y malote (todo lo malote que se puede llegar a ser en ese tipo de pueblo, a vosotros os parecería muy descafeinado), y la recién llegada al pueblo Jen, una rubia despampanante y con "mucha vida", que deja embelesados a todos los jovenzuelos del lugar.
A mí me encantó desde el primer momento, llegando a esos extremos en los que esperas con ansia que llegue la hora de que empiece el próximo episodio (cuando los veíamos en la tele, sí), y en cuanto empezaba la primera nota de la melodía de entrada entrabas en éxtasis y te ponías a cantar como loca "I don't wanna wait..." Y no me digáis que eso no lo habéis hecho con alguna serie porque no os creo.
Al ser en un pequeño pueblo en una ensenada, aprovechan mucho la naturaleza del entorno, los viajes en barquita por la noche para ir a casa uno del otro. Ella, y sí, es ella, se cuela en la habitación de Dawson en las noches de verano para ver qué película disfrutarían esa noche... Por supuesto, y como ocurre a todos los adolescentes, todo son miedos, incertidumbres, dudas, sentimientos potentes, errores, desasosiego... Y un gran descubrimiento que hice con esa edad, su banda sonora, me encantaba. Poder descubrir grupos americanos de finales de los 90, siempre tirando al rock, a la guitarra, escogiendo cada canción en el momento adecuado... podía conseguir colocarte el corazón en un puño.
No me digáis que viendo la intro no os da buen rollito, ganas de verla aunque sea sólo por ver esos lugares... y cantar la canción, por supuesto (hum).
Pese a todo, y pese al buen recuerdo que guardo, la serie tenía errores o cosas que no me gustaban. Peca de ser una serie demasiado digamos... puritana, o poco real, como queráis llamarlo. Incluso aunque estuviera ambientada en un pequeño lugar. Por otro lado, el vocabulario que utilizaban ellos, unos adolescentes normalitos era poco menos que el de un Premio Nobel de literatura, totalmente increíble, a la par que te dejaba enganchadísima ¿de dónde salen estos? Yo jamás lo diría así, pensaba... Y Dawson, Dawson pecaba de intensidad, era como decirlo... demasiado sentido, todo era un mundo y le afectaba máximamente, cosa que a veces aburría, aunque... ¿no eramos un poco así de jóvenes?
Yo la disfruté mucho, y hay muchas subtramas también con adultos, padres, profesores, gente del pueblo, que amenizaban cada episodio.
En cuanto a los actores, paradójicamente, han destacado más los que no eran tan protagonistas Joshua Jackson y por supuesto Michelle Williams, y eso que en la serie no me parecía gran cosa... Un remember de los buenos que no pasaría nada por volver a ver, que igual recordamos sentimientos perdidos hace mucho tiempo, ¡¡ viejunos!!